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¿DÓNDE ESTÁ LA BIBLIOTECA DE BABEL, MAESTRO BORGES?
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No sé si fue en Buenos Aires, Guadalajara, Francfort o Jerusalén, pero en el laberinto borgiano de una Feria me encontré con Borges. Tampoco sé si el "Homero del Sur" se hallaba aún en este mundo sublunar o ya había pasado al Edén, al Hades, o al Walhala, que espiaba en sus cuentos. Pero allí estaba, apoyado en su bastón ritual, alto y ausente, acariciando con su mano libre los lomos de los libros, abriéndolos al azar y pasando sus palmas por las páginas como si poseyera el curioso don de leer con ellas, que alguien le había atribuido.
–Don Jorge Luis –le dije, benditos mis ojos que lo ven.
–Malditos los míos que no pueden hacer otro tanto. ¿Dónde estamos?
–No tengo la menor idea, Maestro, lo único seguro es que nos encontramos dentro de una Feria del Libro. No, no me pregunte cuál, ni cuándo.
–El tiempo es la sombra de Dios sobre la Tierra –musitó como para sí.
–Ud. tenía razón, estamos muertos y el Paraíso es una biblioteca infinita.
–No es más que otro sueño –replicó– un sueño dentro de otro. Y, de paso, ¿sabe Ud. quién expresó esa idea antes que yo?
–Lo ignoro.
–En verdad la tomé de Einstein, que remedaba a alguno de los sabios rabinos de su pueblo; él dijo: "El hombre es el sueño de Dios".
–Muchos pensaron lo contrario, sobre todo los que Lo negaban –dije sacando un libro de la estantería–; más aún, lo veían como a una pesadilla de la que había que olvidarse, algo que se inventa sin saberlo o peor todavía, a sabiendas. Precisamente…
Él me arrancó el tomo de las manos y, palpándolo como le había visto hacerlo, exclamó:
–¡"El Diablo", de Giovanni Papini! En esa obra lanza su idea más audaz, que ha sido mal interpretada como apostasía: la doctrina del orgullo satánico y la conversión final de Satán, que facilitaría la recapitulación de toda la Creación en el Creador. El tiempo es del Demonio, sólo al redimirse éste cesará el tiempo. No, mi amigo, yo me he equivocado; la Biblioteca de Babel no está en el Paraíso sino en el Infierno, gracias al Diablo. Pero hasta su redención tenemos mucho tiempo, como para leerla toda…
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(Esta obra fue finalista en el Primer Certamen de Cuento - 2007, de REVISTA SESAM)
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FIN DE SIGLO Y MILENIO
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El gigantesco Centro Comercial de Rosario, recién inaugurado, había quedado en penumbra. Sólo una suave luz se movía en la abovedada cúpula como un candil o un viejo farol a kerosén, pero no la portaba nadie. La luz bajó las escaleras cual si buscara algo, o a alguien. La gente sentada a la mesa festiva corrió hacia las altas puertas automáticas de aluminio y acero que flanqueaban la vasta sala, pero éstas permanecieron inexorablemente cerradas. Parecía una película de Buñuel que había visto muchos años atrás. Para colmo de males, era justo a la medianoche del 31 de diciembre de 2010, fecha sobre la cual también se habían hecho lúgubres predicciones escatológicas, como hacía una década. La luz tenía forma de antorcha sin soporte, entre el brillo del fuego y la lumbre fluorescente, y casi se arrastraba por el suelo. Pensé en la zarza ardiente, en almas de difuntos, e incluso en visitantes extraterrestres. Oí gritos de terror, de arrepentimiento, gemidos, plegarias y rezos, ladridos de perrillos falderos, estrépito de cuerpos que caían y madres llamando a sus hijos extraviados. La luz se desplazó, indecisa, hasta caer en el estanque que adornaba el recinto bajo la nave central, y allí se apagó como si realmente hubiera sido una antorcha reptante. Entonces, una oscuridad total de fin de mundo cayó sobre los seres y las cosas, seguida por un silencio anonadado, en espera del último golpe.
El retorno de la electricidad nos sorprendió a todos, y más aún cuando vimos el cadáver chamuscado de la rata flotando en el estanque. . .
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EL CAFÉ DONDE MUERE LA LUNA
“Sólo es nuestro lo que perdimos”
(Jorge Luis Borges)
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En la pequeña calle Jean Jaurés,
metida entre los pechos de París,
esa sirena ansiosa de querer,
había un café igual a otro café
de Buenos Aires, presa en el confín
de otra llanura plácida, sin fin
donde nadie parece envejecer.
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En la porteña calle Jean Jaurés
hubo una plaza con fuente y delfín,
jazmineros en flor, bancos de piel
y furtivos amantes de perfil,
que la luna encalaba al recorrer
sus veredas de canto y adoquín
antes de ir a morirse en el café.
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En la penumbra azul de aquel café,
absorto en el milagro de vivir,
vi pasar a las mujeres de ayer
junto a sus sombras en el porvenir,
a los amigos idos renacer
tal como eran entonces, al partir,
y ya no supe si dudar o creer.
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Pero a cruzar, al fin, no me animé,
miedo tuve del futuro que vi,
y aunque también el pasado esté allí
como un perro leal esperándome,
no ha de ser más que una ilusión sin fe,
otro tango rezongón y viril
como aquéllos que cantaba Gardel.
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Allá estaba, empero, Don Jorge Luis
y el Otro Borges, su sosías fiel,
bebiendo ambos una copa de anís
con sus ojos glaucos de amanecer.
Y detrás del estaño en un atril
había un retrato de Jean Jaurés
que nos miraba sin dejar de reír.
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Dr. JOSÉ LUIS NAJENSON. Nació en Córdoba, Argentina, en 1938; vive en Israel desde 1983. Nacionalidad: argentina e israelí. Narrador y poeta, ha publicado los siguientes libros de literatura:
• Nocturnas –poesía– (Rosario, Argentina, 1959).
• Tiempo de arrojar piedras: cuentos de ficción política y religiosa (Ed. Universidad Autónoma del Estado de México, 1981).
• Cultura nacional, cultura subalterna –ensayo– (Ibid., México, 1980).
• Memorias de un Erotómano y otros cuentos (Ed. Monte Avila, Caracas, Venezuela, 1991).
• Pardés-Sefarad –poesía– Premio “Villa de Martorell” 1995. (Editorial Seuba, Colección “El juglar y la luna”, Barcelona, 1995).
• Diario de un Voyeur –novela– (Ed. Trymar - Kékeres, Vigo, España, 2002).
• El suspiro del moro –cuentos– (Ed. Certeza, Zaragoza, España, 2003).
• Licantropía y otros cuentos sublunares (Editorial de los Cuatro Vientos, Buenos Aires, 2003). Premio “Narradores y Poetas Contemporáneos” 2003, convocado por dicho Editorial.
• El juego ha terminado (novela que obtuvo la Recomendación para su publicación en el I Concurso Internacional de Literatura Juvenil, Editorial Libresa, Quito, Ecuador.
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Ha recibido más de 50 premios literarios, entre ellos: Primer Premio “Arturo Capdevilla” de Narrativa (Argentina, 1987); Primer Premio “Baeza” de Poesía (Baeza, España, 1996); Primer Premio Internacional de Poesía “Ciudad del Che” (UNEAC, Santa Clara, Cuba, 1999); Primer Premio en la Categoría de Poesía, del II Concurso Internacional de Relatos y Poesía de Temática Mitológica, de “La Revelación”, (Madrid, 2008); Primer Premio Certamen de Relatos Breves “Bellver” (Diario de Mallorca, 2008).
Es Doctor en Filosofía por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, y Miembro Correspondiente en Israel de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
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