domingo, 27 de julio de 2008

ISABEL LLORCA BOSCO



CUENTO

En la rugosa mesa del patio, mi abuela
limpiaba arvejas, aprovechando
la última luz del día.
Y su hermana contaba las estrellas
por la noche, las cuentas del rosario,
los muertos, uno a uno.
Yo, el eco de los versos.




ISABEL LLORCA BOSCO (Buenos Aires, 1952). Poeta y narradora. Profesora en Letras. Conductora de programas culturales de radio. Miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores de San Martín. Secretaria de la REVISTA SESAM y del blog de dicha institución. Coordinadora de talleres literarios. Ha publicado en las antologías: Concurso Nacional de Poesía SADE 2000, Primer Concurso de poesía Macedonio Fernández (2004) y en las revistas Dialogantes, Ser en la Cultura, La Autopista del Sur y Francachela. También en las digitales Música rara, AERA, Axolot y Buracos-Quentes (Argentina), Lakúma-Pusáki (Chile), Paralelo 30 (Brasil) y Crear para leer (Italia).


• Primer premio en el Certamen Nacional de Poesía “Julio Arístides” de la Casa Universitaria de Gral. San Martín (2006).
• Séptima mención en el Primer Concurso Nacional de Poesía Macedonio Fernández del Círculo Médico de Lomas (2004).
• Primer finalista en el Certamen Internacional Contextos de Relato Breve (2002).
• Finalista en el IV Concurso Internacional de Minicuento Fantástico “miNatura 2006”. Madrid, España, (2006).
• Mención en el Certamen "Letras de Oro" de Honorarte, Género Poesía, 2008.
• Miembro del Jurado en el Primer Certamen Nacional de Poesía “Municipalidad de Gral. San Martín” junto a Graciela Maturo y Paulina Vinderman (2007).

elhiloyellaberintoradio@hotmail.com



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó muchísimo tu poema. En tu abuela, siento a todas las abuelas; entre arvejas, dulces caseros y noches estrelladas.
´Cecilia Gargantini

Anónimo dijo...

Querida Isa, nos has dado un bellísimo poema, el cual me impresionó por la idea general que parece subyacer en él. Me atrevo, si me lo permitís, a interpretar, a sentir unas vidas muy limitadas, las de esa abuela y hermana, unas vidas con roles estrictamente definidos, y de alguna manera, unas vidas ya casi concluidas; esa quietud, esa aparente tranquilidad resulta asfixiante, pero lográs un contraste interesantísimo cuando hacés intervenir al "yo", se trata de la poeta que escapa a esa terrible inmovilidad, porque ese "yo" logra en efecto escapar, estirando su mano por fuera de cualquier definición, a través del arte.
Adrián Carlos Rodríguez