CUENTO
En la rugosa mesa del patio, mi abuela
limpiaba arvejas, aprovechando
la última luz del día.
Y su hermana contaba las estrellas
por la noche, las cuentas del rosario,
los muertos, uno a uno.
Yo, el eco de los versos.
ISABEL LLORCA BOSCO (Buenos Aires, 1952). Poeta y narradora. Profesora en Letras. Conductora de programas culturales de radio. Miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores de San Martín. Secretaria de la REVISTA SESAM y del blog de dicha institución. Coordinadora de talleres literarios. Ha publicado en las antologías: Concurso Nacional de Poesía SADE 2000, Primer Concurso de poesía Macedonio Fernández (2004) y en las revistas Dialogantes, Ser en la Cultura, La Autopista del Sur y Francachela. También en las digitales Música rara, AERA, Axolot y Buracos-Quentes (Argentina), Lakúma-Pusáki (Chile), Paralelo 30 (Brasil) y Crear para leer (Italia).
• Primer premio en el Certamen Nacional de Poesía “Julio Arístides” de la Casa Universitaria de Gral. San Martín (2006).
• Séptima mención en el Primer Concurso Nacional de Poesía Macedonio Fernández del Círculo Médico de Lomas (2004).
• Primer finalista en el Certamen Internacional Contextos de Relato Breve (2002).
• Finalista en el IV Concurso Internacional de Minicuento Fantástico “miNatura 2006”. Madrid, España, (2006).
• Mención en el Certamen "Letras de Oro" de Honorarte, Género Poesía, 2008.
• Miembro del Jurado en el Primer Certamen Nacional de Poesía “Municipalidad de Gral. San Martín” junto a Graciela Maturo y Paulina Vinderman (2007).
elhiloyellaberintoradio@hotmail.com
2 comentarios:
Me gustó muchísimo tu poema. En tu abuela, siento a todas las abuelas; entre arvejas, dulces caseros y noches estrelladas.
´Cecilia Gargantini
Querida Isa, nos has dado un bellísimo poema, el cual me impresionó por la idea general que parece subyacer en él. Me atrevo, si me lo permitís, a interpretar, a sentir unas vidas muy limitadas, las de esa abuela y hermana, unas vidas con roles estrictamente definidos, y de alguna manera, unas vidas ya casi concluidas; esa quietud, esa aparente tranquilidad resulta asfixiante, pero lográs un contraste interesantísimo cuando hacés intervenir al "yo", se trata de la poeta que escapa a esa terrible inmovilidad, porque ese "yo" logra en efecto escapar, estirando su mano por fuera de cualquier definición, a través del arte.
Adrián Carlos Rodríguez
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