sábado, 10 de enero de 2009

CARLOS LEANZA

Al alba llegó despacio,
volcó en el suelo las lágrimas
y agitó las manos en el viento.
Miró con ojos ciegos, gritó con la voz muda
y sintió la vida con la muerte.
Murió despierto con palabras.
Rechazó su duelo ardiente
y lloró su crepúsculo con sangre
porque supo de Dios y de su ausencia.
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No poder tocarte
en la sombra de las horas.
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No poder oír
tu eco en cada límite de un día.
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No poder besar
el mar en tu cuerpo adormecido.
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No poder sentir
el aroma ausente de tus pasos vacilantes.
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No poder verte
en el recuerdo distante de las horas.
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Este sería uno de los infiernos
que existen en el alma.
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De ese tormento podría huir…
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Pero si en algún tiempo,
en algún conciliábulo de dioses,
el más perverso de ellos
me mostrara
el misterio de tu alma.
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Sí,
éste sería el fin,
y mi locura.
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CARLOS LEANZA. (Ciudad de Buenos Aires, 1951). Poeta. Ha publicado en El Despertador, periódico de Pilar, Provincia de Buenos Aires.
Como lector ahora está volcado a la literatura negra, pero siempre volviendo una y otra vez a Borges. Respecto de Borges dice que agradece haber nacido en la Argentina por eso de poder leer su poesía sin traducción alguna.
Ha realizado más de un curso sobre “El universo simbólico de Borges”, a cargo de Agustín Romano y taller de poesía coordinado por Isabel Llorca Bosco.
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