lunes, 24 de noviembre de 2008

ÁNGEL RAMIRO MONTES DE OCA

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ENTRE VESANIA Y EL SUEÑO
(Segundo premio – Certamen Internacional “J.L.Borges 2007” de REVISTA SESAM)

Everett me dijo que en ese jardín habitan los rizos del tiempo y que el espacio se bifurca continuamente: “Es un enorme laberinto que se expande, como el entramado de un universo que se dilata llenando de sustancia el vacío.” Tomé valor y di el primer paso. El camino me llevó a una ciudad que se parecía a París y sus habitantes a los parisinos. En un cafetín encontré a Borges cenando con Estela; en esa bifurcación, Borges se había casado con ella, colaboraba en los escritos de Carlos Argentino y se había curado de la ceguera. Cuando se fueron, tomé otra bifurcación del jardín, busqué a Borges pero no lo encontré; supe que en esa realidad a Borges le otorgaron el premio Nóbel, pero no lo aceptó. En otro de los senderos me enteré que Borges arengaba contra las dictaduras desde la izquierda política. En otro sendero, Borges no era escritor, era profesor universitario. Bioy, al igual que Borges, se transformaba en cada realidad; y Silvina aparecía en unos universos y en otros no. Everett tenía razón. Mi mente estaba a punto de colapsar, me sentía en el centro de un caleidoscopio enloquecido. Ese remolino me embelesó.
En el último de los senderos que visité, yo era Bioy y contra mi voluntad, que ya no era mía, el Bioy que era yo le confesó a su amigo que no comprendía el capítulo 68 de Rayuela; este lo tomó, o me tomó a mí, del brazo y lo instó, o me instó, a caminar por las calles de Buenos Aires. Sobre un camino de tropos, disecando pasiones llegamos a la casa de la calle Garay y bajamos al sótano; allí me indicó que debía recostarme, fijar la vista sobre el decimonoveno escalón y me dejó en la oscuridad. El falso Bioy comprobó que era cierto, que el punto donde convergen todos los puntos existe. Y vio en ese espejo de signo transfinito lo que su amigo había visto. Su mente no podía contener aquel caudal. Salió de ahí arrobado: –¡Qué Benela!: “Apenas él amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clésimo y caían en hidromurias, en salvajes ambonios (...)”. Pasé toda la noche hablando en cronopio; entre tanto, Borges acariciaba el lomo de su gato pensando en la omnipresencia de algunas esferas “cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna”. Mi mente colapsó.
Estuve internado en un manicomio. Llevo años buscando a Everett. Me dicen que en esta realidad Everett ya ha muerto y que Borges también.



Ángel Ramiro Montes de Oca Rodríguez (Venustiano Carranza, lugar que él llama Provincia de Llanos, Estado de Chiapas, marzo 1954). Narrador, poeta, ensayista. Colaborador huésped de la Gaceta de la Universidad Autónoma de Chiapas. Tradujo al español las obras de Art Rodríguez: Sueños del lado este y La caja labrada de changos.
Gran lector, su infancia estuvo enriquecida por ese mundo semiurbano. San Cristóbal de las Casas y la Ciudad de México son a su entender dos extensiones de sí mismo. Recorriendo el centro de la ciudad de México y hurgando en las tiendas de libros usados, en la vieja librería Otelo y en la Biblioteca Cervantes de la Colonia Guerrero, dichos lugares se convertirían en una extensión de su hogar. Allí descubriría los mundos universales de la literatura leyendo de todo, que luego volcaría en sus expléndidas obras.

Obras publicadas:
El Gran Poder (cuentos).
Peccata Minuta (relatos).
Los Remolinos de Vesania (novela).
Cheneck (novela).
Peter Michael y los palimpsestos encontrados por él en Provincia de Llanos (novela).


Distinciones:
• Segundo lugar con Lago rojo, en el Premio Nacional de Cuentos, SCT, México, 1977.
• Tercer finalista con la colección de relatos Peccata Minuta, en el Premio Internacional de Relatos Los Cachorros, del Instituto Cultural Iberoamericano “Mario Vargas Llosa”, 2004.
• Finalista con la novela Peter Michael y los palimpsestos encontrados por él en Provincia de Llanos en el Premio Internacional de Novela Breve Encina de Plata, convocado por el Ayuntamiento de Naval Moral, Extremadura, España, 2007.
• Segundo Premio con el cuento Entre Vesania y el Sueño en el Certamen Internacional de Cuentos “Jorge Luis Borges” de la REVISTA SESAM y la Sociedad de Escritores de San Martín, Gral. San Martín (Buenos Aires), Argentina, 2008.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente.

Anónimo dijo...

Borgiano. Sin duda. Evrett, Borges, Cortázar, Bioy, Silvina, extraordinaria combinación. Como un ensamble musical en blanco y diferentes matices de gris, rozando el negro, pero sin tocarlo. Los laberintos de Borges los mundos paralelos de Everett, la ciencia y la literatura convegiendo en un espacio ilimitado del universo: la imaginación.