sábado, 10 de enero de 2009

PAULINA VINDERMAN




5

Casi siempre llego a los pueblos al atardecer.
Cuando suena alguna campana de iglesia, se vacían
las calles y los pájaros ya alisaron sus plumas de dormir.
Entro como un conquistador furtivo,
sin intento alguno civilizador pero orgulloso de su linaje.
Posada, comida, lavado, zapatero a la vuelta.
El orden del mundo es un esmeril
que me refleja cuando apago el farol
(o la vela o el interruptor).
Recibiré a las sombras como premio,
como una respuesta.


10

La única poesía que ilumina es la que arde
y ningún mar será más extenso que mi imaginación.
Pero los sauces llorones se inclinan demasiado,
(para mi orgullo) ante un sol despótico
y no puedo dejar incendiarse a mi soledad
sin poner en peligro el bosquecito cercano.
Finjo la serenidad que nunca tendré, el reposo
que jamás encontraré.
Y lo hago bien, más que bien: una parodia
esmerada a las puertas del cielo.
Soy un árbol clásico, de los que dibujaba
en mi cuaderno, esos de tronco oscuro, que
no se doblegan fácilmente y no conocen el dolor
de la palabra árbol.

(de “Pisadas sobre vidrio”, primera parte del libro Hospital de Veteranos)



10

Nuestra casa está en ruinas, te dicen
mis ojos sin querer.
Sólo tenemos esta seguridad de la leche caliente
que cruza tu garganta y nos consuela.
Afuera brilla una ciudad que cierra los ojos,
tal vez sufra más sin embargo: por ser plana,
por no tener colinas de aflicción.
Pero espera, pacientemente espera.
Nosotros oscilamos en la neblina de este sueño
desahuciado y ardemos en lo que ya terminó.
Heredé tus huesos y tu testarudez,
pero no tu miedo: ese foso en el cual hemos
nadado como perros sin dueño toda una vida.
–Gracias por la cena– dice tu voz ronquísima
desde el fondo de los tiempos, como un invitado
cortés a su anfitrión,
y sé que te irás pronto, llevándote el foso,
el hermano que no tuve, –el secreto– donde
construí a tientas, a pinceladas de acuarela, mi valor.


(de “Hospital de veteranos”, segunda parte del libro del mismo nombre)

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PAULINA VINDERMAN (Ciudad de Buenos Aires, 1944). Es traductora de inglés y coordinadora de talleres literarios. También es doctora en bioquímica.
Publicó los siguientes libros de poesía: “Los espejos y los puentes” (edición Buenos Aires Sur, 1978), “La otra ciudad” (Botella al Mar,1980), “La mirada de los héroes” (Botella al Mar, 1982), “La Balada de Cordelia” (Fundación Argentina para la Poesía, 1984); “Rojo junio” (Literatura Americana Reunida, 1988); “Escalera de Incendio” (Último Reino, 1994), “Bulgaria” (Libros de Alejandría, 1998) y “Hospital de Veteranos” (2006).
Obtuvo entre otras distinciones:
• Primer Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires (bienio 2002-2003).
• Premio Literario de la Academia Argentina de Letras, género Poesía,
2004-2006 a trayectoria y "Hospital de veteranos".
• Premio Citta' di Cremona 2006 al conjunto de su obra.
• Premio Anillo del Arte a mujeres notables 2006.
• Premio Letras de Oro 2002 a escritor destacado, de la Fundación Honorarte.
• Premios Fondo Nacional de las Artes 2002 y 2005.
• Premio Nacional Regional de la Secretaría de Cultura de la Nación
(cuatrienio 93-96).
• Tercero y Segundo Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires
(bienios 88-89 y 98-99 respectivamente).

Ha sido incluida en numerosas antologías y traducida parcialmente al inglés, al italiano y al alemán. Sus poemas fueron, además, objeto de estudios y ensayos.
Ha colaborado (con poemas, artículos y reseñas literarias) en publicaciones del país y del exterior: La Nación (Bs. As.), La Prensa (Bs. As.), Clarín (Bs. As.), El Espectador (Bogotá, Colombia), Hora de Poesía (España), Babel (Bs. As.), Babel (Venezuela), Diario de Poesía (Bs. As.), Intramuros (Bs. As.), Hispamérica (Estados Unidos), entre otras.
Colaboró con Nina Anghelidis en la traducción al castellano de "Votos por Odiseo", de la poeta griega Iulita Iliopulo y tradujo al castellano a John Oliver Simon (Berkeley, Estados Unidos).

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2 comentarios:

galáctica dijo...

Qué hermosa es la poesía de Paulina porque como ella dice "La única poesía que ilumina es la que arde".Poesía y magia aunados en este extenso" mar" de su imaginación y su sutil melancolía.Saludos Irene Marks

Mon dijo...

Qué profundidad hay en estos poemas, logrados con palabras sencillas y paisajes que nos parecen cotidianos, pero a los cuales no prestamos atención hasta que el arte nos los muestra.